Cine / Opinión, Juan Orellana
Young Adult
Juan Orellana
Jason Reitman y Diablo Cody, después de su colaboración en Juno,
repiten como director y guionista, respectivamente, en esta cinta
protagonizada por Charlize Theron y Patrick Wilson. Nos cuenta la
historia de Mavis Gary, treintañera escritora de novelas juveniles,
divorciada, superficial y alcohólica. Ante el aburrimiento de su vida
decide tratar de recuperar a su primer amor, Buddy Sale,
y no le importa que él esté felizmente casado y que acabe de tener
su primer hijo. Este intento se volverá para Mavis algo fundamentalmente autodestructivo.
La cinta hace un diagnóstico
de la inmadurez posmoderna.
Mavis vive para su imagen,
es enormemente narcisista y
sólo se interesa por sí misma.
Se comporta como una adolescente
estúpida e inestable que ahoga
su soledad en el alcohol.
Piensa que la autonomía es el único ideal,
y por ello el hecho de que Buddy
tenga un hijo le parece algo esclavizador
y patético. Sin embargo la película no se conforma con una mera constatación,
sino que urge al cambio y reivindica el compromiso familiar y la paternidad responsable
como caminos de realización mucho más plenos que los que propone el narcisismo.
Charlize hace un trabajo impecable, y se ve apoyada por secundarios como Patton Oswalt,
que encarna a Matt Freehauf, un antiguo compañero de instituto que representa
otro tipo de patología posmoderna: el hombre que trata de compensar su dolor en un
mundo friki e intimista de superhéroes de plástico y añoranzas pretéritas.
En fin, un modesto pero interesante espejo de nuestros tiempos.
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