Marzo: mes de la mujer / Mujer en contexto dificìl
"Rose Busingye es una enfermera que pertenece a la asociación Memores Domini, nacida en el surco del movimiento Comunión y Liberación. Actualmente el MPI ayuda diariamente a 600 enfermos en Kampala y atiende a un millar de huérfanos de la pandemia. Es una atención muy dinámica, hecha sobre el terreno, con visitas diarias a las familias, a las que proporcionan medicinas si no pueden hacer frente a los gastos de un ingreso hospitalario. También se les ofrecen alimentos, mantas y otros artículos de primera necesidad, sin olvidar el pago de tasas escolares para que los niños puedan acudir a la enseñanza primaria, y la atención legal a las viudas (terriblemente numerosas) o a los enfermos que han perdido el trabajo. Todo ello dentro de una trama de relaciones de amistad difícil de imaginar. Es Rose Busingye quien habla de nuevo: "Nuestra amistad con los enfermos y sus familias es una escuela donde aprendemos a amar verdadera y totalmente la vida de las personas y su destino". Rose no ve demasiados remedios en la sempiterna historia del preservativo, simplemente a la vista de la experiencia de su gente, considera que "es un modo negativo, sin solución, de enfrentarse al desafío de la epidemia". Le interesa sobre todo que las personas recuperen el sentido de sí mismas, porque sin eso se destruye todo y no hay base para un verdadero trabajo de recuperación.
Uno de tantos días, Rose y sus amigos del MPI encontraron a Vicky, una madre de tres hijos que había contraído el SIDA, y a la que había abandonado su marido. También uno de sus hijos sufría la terrible enfermedad. No se puede describir el abismo de amargura y desesperación de esta mujer, que rechazaba cualquier forma de ayuda. Entonces Rose le dijo: "¡Vicky, tú tienes un valor inmenso, más grande que tu enfermedad!, lo que necesitas es volver a tener esperanza". Aquella mirada y aquellas palabras fueron el comienzo de un resurgir humano para Vicky, que junto con su hijo ha comenzado la terapia contra el SIDA".
fuente: iglesia.libertaddigital.com
Por Josè Luis Restàn
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