Este hombre estuvo por Campana…


Este hombre estuvo por Campana…

Invitado por Siderca, la fábrica gigantezca que mantiene bella a la ciudad con sus constantes aportes a la comunidad entre muchas otras cosas. Se conocieron en Indonesia, Toni pidió tubos para construir un puente...les mandamos la imagen de él para que busques en internet más. Se fue suiza a los 20 años y miren lo que hizo...¡puentes para todos y todas!

Sin ser ingeniero «Toni El Suizo» ha construido más de cuatrocientos cuarenta puentes.  Este constructor de puentes  nació en Suiza en el año 1967 y a los veinte años tomó una decisión que ha cambiado la vida de miles de personas. En efecto, en plena juventud reunió el dinero que pudo, abandonó a su familia y viajó al Ecuador  para ayudar a los damnificados del terremoto de 1987. En ese ambiente de tragedia y de muerte inventó un sistema de construcción de puentes, reutilizando los materiales que le donaban las compañías petroleras.
La obra de «Toni Ruttimann El Suizo» ha cambiado la vida a más de setecientas mil personas en todo el mundo. Este incansable luchador social construye puentes para las comunidades más pobres y en los lugares más recónditos.
«Toni El Suizo» ha dedicado su vida a construir puentes colgantes en poblaciones que han sido azotadas por el desbordamiento de los ríos para mejorar la calidad de vida de grupos humanos azotados por la pobreza y la exclusión.

Toni Ruttimann
La obra de de «Toni El Suizo» se conoce en Ecuador, Vietnam, Honduras, México, Camboya, Colombia, Brasil, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Laos y Argentina. En su programa de servicio,  el constructor de puentes recibe donaciones de materiales y con el aporte de la comunidad adelanta sus obras.
Sin ganar nunca dinero, «Toni El Suizo» moviliza a las comunidades locales y a las empresas. No tiene un sueldo, pero ha dado trabajo a miles de personas. Come con los campesinos de cualquier parte del mundo. Vive con los últimos de la sociedad, pero no quiere que le llamen misionero. «Toni El Suizo» elige lugares donde la pobreza sea extrema, y no pide nada más que un poco de mano de obra, porque el no construye solo.
Cuando llega a un lugar donde hay necesidad, se dirige a todas las personas que encuentra diciéndoles: «Quiero ayudarlos a construir un puente. Pero sólo si Ustedes quieren». Representa un mensaje cargado de profundo respeto a los otros. 

La primera experiencia la vivió «Toni El Suizo» en 1988, cuando siendo muy joven  vivió la dolorosa experiencia del terremoto que en el Ecuador sembró destrucción en todo el país, abatiendo un centenar de puentes y dejando sin comunicación a miles de personas que vivían en la selva. El puente era la única vía para el pequeño comercio, para muchos, perderlo significaba el aislamiento total. Joven e inexperto, «Toni El Suizo» empezó a llamar a todas las puertas. Poco a poco, con seguridad y esperanza logró realizar lo que parecía el sueño de un loco: reconstruir todos los puentes caídos. En la construcción del primer puente de Doscientos sesenta y cuatro metros de longitud, se necesitaron dos años. Luego, uno tras otro, en diez años construyó Ciento veinte puentes.

En 2007 destacó que la empresa de Argentina, le entregó un lote de tuberías para construir 140 viaductos, de los cuales 100 se ejecutaron en Ecuador, en un período de dos años y los 40 restantes en Asia. Para que tengamos una magnitud de los que realiza Tony dijo: “Los puentes en Ecuador servirán a un promedio de 1.500 personas cada uno, o sea que estos 100 servirán a unos 150.000 campesinos, esto es cerca de 30.000 familias”, Explicó que los 40 puentes en Asia servirán, en cambio, a unas 160.000 personas, porque en este continente hay mayor densidad de población.

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