En el día mundial de la asistencia humanitaria: Juan Carr

Cuando comento a mis alumnos sobre Juan Carr, me miran extrañados porque no conocen quién es, luego digo Red Solidaria y asì si saben de que se trata.
Es que Juan Carr no trabaja para sì mismo, trabaja para los demás. En campaña que se les pueda ocurrir aparece. Hace campaña para los demás...brinda ayuda...
Para mostrar un ejemplo, el actor Ricardo Darìn que hizo uno de los roles protagònicos en "Elefante blanco" sobre la vida de los sacerdotes villeros y las problemáticas de las villas comentaba en un reportaje a Perfil.com el 21/04/2012 lo siguiente:


—¿Cómo fue estar tanto tiempo en un sitio de extrema pobreza?
—Después del tercer día de laburo, me iba a casa con la sensación de haber formado parte de algo que no tenía nada que ver con mi mundo. Cuando entré en contacto con las personas, con sus historias, la sensación de distancia desaparecía, me empezaba a sentir cada vez más involucrado emocionalmente. Comencé a aprender los nombres, empezó a desaparecer la idea inicial que ellos tenían de la farándula o los famosos, y fuimos entrando en contacto como personas. Yo andaba vestido de sacerdote todo el tiempo, y se empezó a producir una situación muy extraña: pasamos a ser depositarios de reclamos, de pedidos de ayuda, a veces a ser simples oídos de sensaciones. 
—¿Qué te decían?
—Una vez me pasó algo muy curioso. Yo tenía un descanso de diez minutos, me había sentado, y se me acerca un señor joven, de unos 45 años, que me dijo una cosa impactante: “Tengo un problema, ¿te lo puedo contar?”. Le dije que sí, pero si no podía ser en otro momento, y él me dijo que me esperaba. Lo miré y le dije “bueno, dale”. Me dice: “Mirá, tengo un chiquito de diez años que tiene planeada una operación para mayo del año que viene (por este año), pero tiene mucho dolor, no aguanta más, no tenemos forma de calmarlo con analgésicos, y pensé que me podías ayudar”. Yo le pregunté cómo pensaba que lo podía ayudar y él me dijo “no sé, no sé, la verdad es que no sé, pero te vi y pensé que me podías dar una mano”. Nos quedamos los dos en silencio, y le digo “no se me ocurre cómo”. El me mira y me dice “ayudame a pensar”. Yo me subí al motorhome y me quedó en la cabeza. No me pedía guita, ni laburo. El tipo estaba bloqueado por sus circunstancias. Me quedo así y agarro el teléfono y llamo al tipo que me ayuda a pensar a mí.
—¿Tu analista?
—No, no, un amigo. Juan Carr. El es medio mi chamán, saca cosas de mí que no me atrevo a sacar solo. Tiene una energía extra que no sé de dónde le viene. Está detrás de todos los casos perdidos. Salvando las distancias, me hace acordar a la Madre Teresa de Calcuta. Volviendo a la anécdota, le cuento el caso. Al rato me dice “anotá este teléfono y llamá”. Salgo y le digo al tipo “no te prometo nada, pero a lo mejor tenemos una chance en el Garrahan”. A la semana estaba en el Garrahan, y operaron al chico. No te lo cuento para mandarme la parte de que lo ayudé, porque nada que ver, sino porque lo que me impactó fue el pedido, “ayudame a pensar”. 

En Puebla, publicamos sobre las distintas formas de ayuda que ofrecen las personas unidas en agrupaciones, fundaciones, individualmente, etc, que surgen ante las necesidades de una realidad en la que se sienten conmovidos...tomamos este ejemplo porque quizás en el se refleja cierta notoriedad por estar en medios públicos. A todos los voluntarios que lo hacen con una gratuidad increíble y a ellos les dedicamos hoy en facebook o en twitter y desde el blog la importancia de hacer pública su labor. 

Prof Mariana Thomsen

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