Batalla de Tucumàn...hoy 200 años!!!!

En Historias de Còrceles y de Aceros (de 1810 a 1824) Daniel Balmaceda nos da su mirada anecdòtica a la Batalla de Tucumàn en un capitulo titulado: "El día de las langostas". 
Comienza con un párrafo en el cual hace alusión a quienes convergen en Tucumàn, a las ocho de la mañana de un 24 de setiembre y luego dice "el enfrentamiento podría conocerse con el nombre de Batalla de la Indisciplina y las Confusiones".
Es que ambos generales de ejército tenían orden de no enfrentarse. Manuel Belgrano quien comandaba el ejército del Norte y Pìo Tristàn que no contaba con la autorización del alto mando en Potosí, luego de lo de Salta. La cantidad de fuerzas y la calidad de las fuerzas era desigual, mientras en el bando realista los soldados ya eran veteranos sumaban 3000...mientras que Belgrano tenia 1800 y pocos habían tenido enfrentamiento previo.
Sin embargo dice el autor..." No todo atentaba contra las posibilidades de los  republicanos(...)su principal arma era el bullicio. El multiplicado golpe seco de las riendas en los guardamontes de cuero que protegían las piernas de los jinetes, y los alaridos de los hombres, que parecían enajenados, provocaban una sensación muy desagradable en los adversarios" 1
Hasta una manga de langostas fue protagonista del enfrentamiento.
A mitad de la batalla, ocurrió algo sobrenatural que contribuyó a desbandar las tropas realistas y a llenarlos de pánico. Fue un vasto huracán que llegó furioso del sur. Según el relato de Marcelino de la Rosa, a quien se lo contaron protagonistas de esta batalla: “El ruido horrísono que hacía el viento en los bosques de la sierra y en los montes y árboles inmediatos, la densa nube de polvo y una manga de langostas, que arrastraba, cubriendo el cielo y oscureciendo el día, daban a la escena un aspecto terrífico”2


Otro factor muy importante, además del viento y de las langostas, fue la acción de la caballería gaucha, tucumana en su mayor parte, del ala derecha. Esta llevó su carga sobre el enemigo, de un modo formidable. La caballería enemiga de Tarija, al verlos llegar, se asustó y huyó. Ni la infantería española pudo contenerlos : pasaron por encima y, cuando se dio cuenta, los encontró a su retaguardia. La caballería gaucha al llegar a los bagajes y las mulas enemigas, cargadas de oro y de plata, se dispersaron y se dedicaron a despojar de todo esto a nuestros enemigos. A pesar de las críticas de Paz, quizás esta actitud contribuyó a acobardar al ejército enemigo y a hacerlo retirar, dándose por vencido.

Después del encuentro de los dos ejércitos, reinó la confusión. La infantería patriota quedó dueña del campo de batalla, pero, viéndose sola, se replegó sobre la ciudad., y entró en ella para acantonarse y preparar su defensa. bajo el mando del coronel Eustoquio Díaz Vélez, mientras Tristán con el resto de su ejército llegó hasta la goteras de Tucumán, donde se estacionó como sitiándola. Belgrano, acompañado del coronel Moldes y algunos soldados, fue hasta el Rincón, sin saber los resultados de la acción. Paz va a ser quien se encuentre con Belgrano y le informe que en la ciudad se encontraba fuerte toda su infantería, con lo que Belgrano, conociendo el triunfo de la caballería tucumana, supo de su triunfo.

Tristán tuvo una actitud indecisa. Pero en la tarde del 25, se convenció de que no tomaría la ciudad, y vio que era amenazado de afuera por columnas patriotas que en torno a Belgrano se irían engrosando, por lo que se dio por vencido y esa misma noche emprendió la retirada en dirección a Salta.


fuente bibliográfica:
1. Balmaceda Daniel , Historias de Còrceles y de Aceros (de1810 a 1824), pàg 116-117, Editorial Sudamericana, impreso en febrero de 2010. 
2. http://www.manuelbelgrano.gov.ar/belgrano_militar_tucuman.htm

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