Charla de Puebla con Juan Darthés


Encontré a Juan en una estación de servicio cercana. Soy un poco miope la verdad y venía relajada, ya bajando los decibeles después de un día laboral, cuando veo borrosamente pasar a un hombre alto, vestido de negro, con buen porte. Cuando pongo en foco, distingo a ¡Juan Darthés!. El punto es que salí corriendo tras él con el ejemplar de Soledad Villamil en la mano. Ya sentado en su auto, al verme correr desaforada, la cara de Juan y, su esposa, María fue de cómo quien está arriba de una montaña rusa que empieza a moverse para luego dejarse caer al vacío. Cuando me acerqué, expliqué y mostré todo amablemente, ellos rieron y María, que es súper agradable por cierto, me facilitó el modo de ponernos en contacto. 
La cuestión no termina ahí. Idas y vueltas para poner el horario, por mi culpa ¡les informo!. Una vez que logramos combinar me dispuse a ir a la cita, en el estudio Pampa, con todos mis “bártulos” que ayudan al buen desempeño de mi tarea. Por supuesto llego a lo “onda Maschwitz”, un poco despeinada y con un “poquito” de barro en mis zapatos (que dicen, habla mucho de la persona mmmmmmm ¡sonamos!) y ni hablar del barro de mi auto. En fin, poniéndole “actitud” rescaté la situación que podría haber opacado la seriedad de la misión. 
Una vez que me habilitaron a entrar, la persona de seguridad me indicó que vaya al bar, donde Juan me estaba esperando. Llego al bar de la esquina y acomodo mis objetos en una mesa mientras observo cómo en la vereda de enfrente filman Barbarosa y Estevanez, madre e hijo en la ficción de “Dulce amor”, la historia donde actúa Juan. Era extraño, el bar, a decir verdad, tenía una fisonomía de bodegón del Abasto: una mesa de pool, mesitas y barra de madera, aunque no había ni un alma en él. Preocupada de perderme el encuentro, después de 15 minutos llamo por no sé cuantas veces a María que me dice que Juan me está esperando en el bar. Mis palabras fueron:”¡…pero no hay nadie acá!”.  Resulta que Juan estaba al lado, en el bar “verdadero” y yo en el barcito de la filmación. Y ríase la gente… si, total las gastadas ya las he recibido afectuosamente, incluyendo las risas de Juan al respecto de mi equivocación.
Va la charla ¡con él!

Juan me interesa saber de vos por vos
¡Dale!

Naciste en San Pablo ¿qué hacían ahí? Contame un poco
Nací en Brasil porque mis viejos fueron a trabajar allá y estuvieron 3 años. Fueron por una oportunidad pero mi viejo no sé bancó mucho estar fuera del país y volvió pero en el medio nací yo en el medio del Carnaval. 

¿Tenés hermanos Juan?
Si, tengo 2 hermanos, uno más grande y otro más chico que yo.

¿Son del ambiente artístico también?
No, no, nada que ver, son 2 empresarios exitosos con su trabajo. Yo soy la oveja negra de la familia… o ¡la blanca! (risas)

Epa! ¡Que concepto tenés! ¿Era así para tus papás?
No, para nada, los dos tenían que ver de algún modo con las expresiones artísticas y me acompañaron siempre, solo que me dijeron desde un principio que no iba a ser fácil, que uno no vive de esto. Igual mis viejos siempre estuvieron a mi lado y ¡están! Primero me hablaron de responsabilidad pero después me abrigaron mucho. Bueno, ahora yo si vivo de esto pero en verdad no era fácil.

¿Tu infancia dónde transcurrió después de Brasil?
En Temperley

¿Qué fue primero: tu pasión por el tango o la actuación?
En realidad la música “estaba en casa” porque mi viejo cantaba tango. Por eso yo desde que nací escuchaba música y ahora en casa es igual: hay música todo el tiempo. Y después mi vieja era actriz… asi que heredé las dos facetas. 

En un orden cronológico con respecto al laburo, ¿qué se dio primero?
La música estuvo toda mi vida y después empecé a estudiar en la Escuela de Arte Dramático de Buenos Aires. No fui un tipo que de entrada pintaba para eso, porque era más bien tímido, introvertido.

Claro. No eras de los que les atraía el escenario… estrellita
No, no, nada que ver, cero siquiera en los actos del colegio

¿Qué era lo que querías hacer en ese entonces?
Me gustaba mucho el futbol, pero tenía mucha pasión y poco talento (risas), y en medio empezó a surgir esta historia.

¿Cómo siguió tu vida cuando descubriste que no iba con el futbol?
Comencé a estudiar con profesores primero y en la Escuela que te contaba después, porque en realidad no tenía para pagar profesores privados y entonces rendí el examen para ingresar ahí y acercarme a la profesión de este modo. Mientras estudiaba empecé a hacer “bolos”.

¿Qué es eso?
Si, suena feo pero se llama así a personajes que están en la situación que se filma, como mozos, público, o alguien que saluda. Después tuve la posibilidad de hacer un pequeño papel en una novela en Canal 9, previo casting. Era una pequeña participación pero así pude conectarme con la gente para que me llamara. 

¿Estuviste atento a los castings o tenías contactos por tus viejos?
Mirá, muchos contactos no. Después recién de que empecé a trabajar, Romay supo quien era mi papá y me tomó mucho afecto pero ¡ya estaba en las tablas!. En el inicio, con la actuación, no fue por contactos , ¡cantando si! 

Cantando ¿iniciaste en barcitos pequeños como me imagino? ¿en lugares reconditos?
Si, por supuesto, hace 15 años atrás arranqué así

Ok, bien de abajo
Si, ¡totalmente!

¿Qué te gusta más de ambas cosas cuando estás en las tablas, cantar o actuar? Necesito que me digas qué te pasa con estas cosas, son como muy grandes ambas y estoy fastidiosa con la pregunta.
La música me gusta mucho aunque la gente me conoce más por lo actoral porque es más masivo al estar mediando la tele. Lo más fuerte es la actuación por esta característica que te digo. Cuando empezás a hacer novelas te ve más gente.

Decime Juan…
La pasión… la pasión son las dos cosas. Ambas son las herramientas que yo tengo para vivir de todo esto que es mi verdadera pasión, lo que yo amo, lo artístico. Me encanta. La actuación me ayuda al canto y viceversa. A través de lo masivo puedo llegar a la gente, conectarme con ella, con notas como esta y así llevar mi espectáculo por distintos lugares y que la gente se acerque. La última vez estuvimos en un Teatro en La Plata y había más de mil personas. Con la banda disfrutamos mucho todo esto.

¿Cómo se llama tu banda?
“Tango loco” pero ¡no es mi banda! Son músicos que viven de esto hace muchísimo tiempo y tenemos la suerte de poder juntarnos y hacer nuestro espectáculo desde hace muchos años. Ya “amigos”, son cinco músicos espectaculares con quienes la pasamos muy bien, somos muy unidos y nos re entendemos.

Ahora estás en un rol de galán total, ¿te gusta eso?
Me parece un personaje bárbaro, si, no tengo problemas con eso. Estoy agradecido a Quique por los libros, a la producción…me parece algo genial estar haciendo un éxito así, algo que es tan popular. La verdad es que lo vivo así. 

Entonces si te gusta lo popular, ahora el escenario te encanta ¿o no?
Si, eso es genial porque tenés contacto directo, que es lo más lindo que hay.

Estás de gira en medio de las filmaciones de la novela? ¿Cómo hacés con todo eso?
Si. Me escapo un día a la semana porque tenemos mucha demanda pero más de ese tiempo no puedo. Después estoy 8 horas acá el resto de los días.

¿Cuáles fueron los personajes que más te gustaron hacer en tu trayecto?
El personaje de Julián en “Dulce Amor” me encanta componerlo, es muy pasional y noble. También fue un desafío. En su momento, el Josemi de “Soy Gitano”, o el Popeye de “099”.

¿Te sentís que ya lo sabés todo en el escenario o frente a una cámara?
No, no, para nada, siempre es algo nuevo a lo que hay que estar atento. Siempre surge la adrenalina, hay algo para decir, algo para contar…el escenario es la manera de sentirse vivo y ¡si! uno lo disfruta cada vez más o trata, cosa que a veces por los miedos no puede hacer.

¿Cómo te posicionás frente al trabajo? ¿Te desvela?
No, no me desvelo con el trabajo, trato de dejarme llevar pero sin dejar de soñar y proyectar.

¿Quienes considerás tus maestros? ¿Quienes hicieron de Juan lo que hoy es?
Tuve varios en lo profesional y en la vida que fueron apareciendo según los momentos, pero claramente mis viejos estuvieron siempre. 

Con esto de lo “galán”, y que las mujeres mueren por vos, ¿están las cosas claras en tu casa?
Pero ¡claro! Este es mi trabajo, mis afectos pasan por otro lado, esto es un juego… cuando subo a un escenario vamos a jugar pero cuando bajo mi vida pasa por otro lado. Yo lo tengo claro, por eso mis afectos primarios lo tienen claro también. 

Tenés un perfil bajo en un punto. ¿Por eso te viniste para estos pagos a vivir? ¿Para cuidar estas cosas?
No, vine hace 7 años porque me encanta y por supuesto es mucho mejor porque los chicos tienen espacio, pueden tener independencia en cuanto a moverse y eso es muy importante para mi y para ellos. Igual creo que en cualquier lado uno puede vivir bien y contento con sus afectos.

¿Te molesta que la gente se te acerque?
No, al contrario, no lo sufro ni yo ni mi familia. Uno busca que el trabajo sea un éxito y si se logra, uno sabe que lo mínimo que pase es que la gente te quiera saludar y sacarse fotos. Por supuesto que uno quiere tener su intimidad y me trato de mover con la cautela posible pero si voy a un lugar donde estoy expuesto, voy a sacarme fotos sin ningún problema. No soy desagradecido en ese aspecto, para nada.

Se te ve serio…
No sé, yo me divierto mucho y creo en la gente, en la inteligencia del público. Creo que se divierten con uno en lo que representa, con lo que le das desde lo artístico, no con lo que hacés o dejás de hacer en tu vida privada. Pero eso ¿es ser serio?

Bueno, con tus cosas si y está buenísimo
No tengo otra opción, ¡soy así!
Si no fueras actor, ¿qué hubieses hecho de tu vida? ¿Te ves con traje como tus hermanos?
Y me cuesta un poco verme así pero ojo que eso tiene su parte creativa también por cómo ellos me la cuentan. Yo no lo puedo ver. Me veo como futbolista, soy muy malo pero también como bailarín (risas)

¡Eso es para gente más bajita! ¿Tus hermanos te ven como oveja negra como decías?
No nada que ver (risas). Ellos siempre me acompañan, siempre están. Somos muy unidos, cada uno comparte y disfruta de los logros del otro. 

¿Tus hijos siguen tus pasos?
Los dos son músicos y espero que amen lo que hagan, que sean felices. No tengo un rollo narcisista con ellos, creo que si siguen algo deben hacerlo porque les gusta… ya de por si, no es nada fácil. 

Considerás que tuviste suerte entonces…
Si, esto lleva un laburo grande detrás, soy un tipo con mucha suerte.

¿Y a qué se debe?, además de la buena voz y la estética que tenés
La suerte está en los que hacen. No es que me vino sola, ¡me la paso haciendo cosas!
Si, en realidad trato de ir al fondo de lo que hago… ¿soy claro? no me siento un “adonis”, ¡no soy rubio de ojos celestes! (risas)

¡Diste en la tecla! Eso pasa justamente… ¡no estás en pose! ¡Felicidades!
(Risas) Claro, no, no, ¡para nada! Creo que es uno de los grandes logros, que el hombre, mi par, me tiene como uno más. No genero rechazo en el hombre, se entiende que tomo esto como un laburo.

Si, porque hay como una mirada idólatra con respecto a las figuras más expuestas y yo los veo divinos, cuidados pero son personas ¡como todos!
Si, es así, absolutamente. Yo creo mucho en esto que decís, de hecho conozco mucha gente que no es “figura pública” si se quiere y lleva lo artístico en el alma. Hay gente que tiene en las venas el arte de querer ayudar… creo que el verdadero artista es el carpintero, el almacenero del barrio, el maestro rural, el padre de familia que la lleva con amor. Eso queda, eso es arte, lo otro es mito.

Eso transmitís vos… ¡que tipo auténtico y sencillo a la vez! Gracias. ///


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