Deportes: Delta rugby / fuente: diario La Nación
El torneo final
Delta, un sueño cumplido que estuvo por encima de las expectativas
En su debut absoluto en la primera, y a sólo cuatro años y medio de su fundación, el equipo escisión de San Fernando cayó por 43-21 frente al CASI; "lo que logramos es increíble. Es para disfrutar toda la vida", dijo Ramiro Dobal
Una cancha. Miles de recuerdos. De abrazos. De lágrimas. El caprichoso destino que, 1470 días después, los regresa al mismo lugar donde parte de esta película empezó a rodarse. Allí, en la Catedral, aquel 1° de mayo de 2010, a la espera de un estreno tres categorías por debajo, un grupo de jugadores, por decisión propia y no tanto, sentados en una de las tribunas, debieron ser testigos de cómo un actor secundario en esa historia, el CASI, vapuleaba al que había sido poco tiempo atrás el club de sus amores, de sus amigos, el de toda la familia. Todo cambió. Espectadores antes; protagonistas ayer de una revancha en el mayor de los sentidos. De un sueño cumplido: el volver a jugar en Primera, ahora, con el club que forjaron desde el alma.
No son nuevas las anécdotas en el rugby de clubes que, por diferencias de criterios o distintas ambiciones, se parten en dos. El clásico de San Isidro es el ejemplo más emblemático. Los Cedros y Vicentinos, el más reciente. Pero éste de Delta, escisión de su alma máter San Fernando, no deja de sorprender por la meteórica carrera que, en el año de su quinto aniversario (lo celebra el 19 de noviembre), alcanzó la posta del Grupo I. El guiño del azar también plantó su mojón en la hoja de ruta: debut absoluto frente al CASI, el más ganador de la URBA, entidad centenaria dueña de 33 títulos que debió exigirse por completo para ganar. "¡No lo puedo creer! Cuando me fui tenía 30 años. Hoy tengo 34, soy papá y acá estoy en Primera de nuevo. Nunca pensé que iba a pisar esta cancha. Y encima hicimos un buen partido", dijo, entre sollozos, Nicolás Alamo, uno de los máximos referentes y partícipe necesario de la fundación del equipo, quien postergó el retiro para darse el gusto una vez más.
Las irreconciliables posturas que obligaron a la separación ya son una porción del pasado. Nadie las trae a colación. Hoy, Delta transita una inmejorable actualidad y San Fernando lucha por volver a ser, deportiva e institucionalmente (acaba de conformar una comisión ligada al rugby, uno de los principales cuestionamientos). "Ya está, ya pasó, cada uno siguió su camino y yo soy feliz ahora con estos colores. Lo que logramos es increíble. Es para disfrutar toda la vida. Jugando así, todo es posible", comentó Ramiro Dobal, otro socio-jugador, que en una especie de justicia divina fue el señalado para el primer try de su club en la elite. Su hermano Mariano lo imitó minutos después.
No será fácil el recorrido. Más bien arduo y sinuoso. Aunque nadie se hace drama en Delta: "Vamos a vivir estos siete partidos (por la zona clasificatoria) como nunca. Los resultados dirán para qué otra cosa estamos. Acá existe un proyecto por sobre todo. Hay muchos chicos con muchas ganas", continuó Alamo.
El elevado promedio de edad es el enemigo por vencer más que cualquier adversario. El recambio generacional es inminente. Allí asoma Franco Ferrero, camada 92, quien debutó en el Grupo IV frente a Defensores de Glew y ayer lo hizo en el CASI: "Somos 15 hermanos los que entramos en la cancha, y más los que apoyan afuera. Esto me llena de confianza. Tengo una responsabilidad enorme". Entusiasta como pocos, al joven los nervios le jugaron una mala pasada: amarilla por un tackle sin pelota a Almela.
"A Delta Rugby, por su ascenso a Primera División", rezaba una plaqueta que Juan Campero, capitán del Atlético de San Isidro, le entregó a Ramiro Dobal, capitán rival, en medio de aplausos y el tradicional callejón de despedida. No hubo festejo deseado para el Yacaré. Éste ya estaba consumado de antemano.
Fuente y nota completa: http://www.lanacion.com.ar/1689581-delta-un-sueno-cumplido-que-estuvo-por-encima-de-las-expectativas