Los Antárticos guardan gratitud y reconocimiento a los Radioaficionados, porque ellos fueron un nexo con sus seres queridos, acercándolos con afecto en la distancia y el tiempo. A principios de siglo, el Ministerio de Marina regulaba el espectro radioeléctrico y fue quien otorgó la primer Licencia de Radioaficionado a Teodoro Belloq, el 15 de Octubre de 1913. Éste instaló una estación radiotelegráfica en Av. Callao al 1600 de la Capital Federal y otra en una quinta en el Partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires. Los radioaficionados eran un grupo chico y conocido por hacer cosas raras, algo así como los alquimistas del 1900: Arlía, Archevala, los hermanos Evers. Seeber, Arévalo, Guerrico. El 21 de octubre de 1921 se reunió un calificado grupo de radioaficionados, los primeros en el aire, que en asamblea realizada en el salón de actos del Diario "La Prensa", funda el Radio Club Argentino, el que pasaba a ser históricamente el tercer radio club del mundo, lueg