#dELibros

"A través de este mediodía de eclipse, nuestro espíritu presiente con ansiedad la aproximación de los Santos Lugares. Todo un pasado, toda una infancia personal y todo un atavismo de fe, renacen momentáneamente en nuestros corazones, mientras caminamos sin hablar, con la cabeza baja, descansando nuestras miradas sobre las eternas florecillas de las primaveras de Oriente que esmaltan el camino: ciclámenes, anémonas y margaritas...
Cada vez más elevadas las montañas, nos sumen en mayor penumbra; las brumas, desigualmente transparentes, alteran y aumentan las proporciones; un profundo silencio reina en lo más hondo de estos valles de piedras, en los que no se oye otro ruido que las pisadas de nuestros caballos...
Y de pronto, allá, muy en lo alto, ante nosotros, en la cima de una de las más lejanas montañas gris perla, se vislumbra un pueblecito gris rosa, de indecisos tintes y contornos, como una ciudad de ensueño, apareciendo casi demasiado alto sobre las bajas regiones que cruzamos; cubos de piedra rosácea, con alminares de mezquitas y campanarios de iglesias...Nuestro guía, con su lenta expresión árabe, nos lo indica, diciendo: "¡Belén!"

Del libro "Jerusalén"
de Pierre Loti (1850-1923)
Escritor francés, autor de una obra de un peculiar romanticismo basada en las experiencias recogidas en sus múltiples viajes. 
Imagen
Iglesia de la Natividad, Belén en 1920

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