Editorial

      La noticia atravesó el mundo, pero sobre todo el corazón de la Argentina. Fue un golpe duro, inesperado, que perforó una mañana cualquiera de la primavera meridional. Llamamos a alguien; nos quedamos en silencio; buscamos otras confirmaciones; buceamos en las redes; miramos un punto; nos sentamos en el primer lugar que encontramos; nos apoyamos en la pared; hicimos memoria y nuestros ojos se nublaron de imágenes y humedad. Pensamos en ella y enseguida la imaginamos con su mano sosteniendo su pera, mirando un mundo lleno de humo de guerras y conflictos, interrumpido por oasis de flores en los puños de la gente buena. Y los globitos surgiendo. Uno tras otro, llenos de preguntas y cuestionamientos. Repletos de inocencia, de la buena. Nacida de una niñez que supimos perder sumergidos en la arrogancia de las cosas, a causa de querer navegar los mares de la ambición. Pero estaba ella. Siempre. Para recordarnos lo que perdimos por ir rápido, por desesperarnos quién sabe por qué. 

Gentileza.

Editorial de hoy en La Voz del Pueblo


Autor: Diego Giménez

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