Chicas de Calendario...Virtualmente un FOCO de Enero 2014



  Chicas de calendario y la desnudez femenina en la edad madura
Imagino que a muchos les sucede, pagan señales de cable o satelital dónde la programación es casi infinita y en la mayoría de los casos descubre que solo sirve para hacer sistemáticamente zapping con el control remoto (lo mismo muchas veces nos sucede con el mouse y los celulares, como una angustia prensil que nos apodera... ¡¡¡Casi como una posesión!!!).
Sin embargo cada tanto se aventura un milagro, algo sucede: los planetas se alinean, se tiene luz eléctrica y agua, las señales toman frecuencia extraterrestres;  se tiene el ánimo, la predisposición, las ganas, la atención para captar esa longitud de onda más allá de lo común.
Así me sucedió la mañana del 2 de Enero, comenzó la lluvia y me sente frente a la TV para calmar esa angustia dactilar matinal y haciendo el zapping correspondiente me encontré con esta joyita del séptimo arte: Calendar Girl. En resumidas cuenta trata de lo siguiente cuando el marido de Annie (Julie Walters) muere de leucemia, esta y su amiga (Helen Mirren) deciden convencer a algunas de sus amigas maduras vecinas del pueblo inglés donde transcurre la historia que para recaudar fondos para un hospital de su comunidad (cosa que hacían porque formaban parte de una liga nacional femenina) harían un calendario pero con todas ellas haceindo labores domésticas (jardinería, pastelería,etc)...desnudas.
Luego de buscar fotógrafo (mirada qué inspira imágenes muy bellas) consiguen que les ayuden a armar el calendario qué termina siendo un éxito de venta y además de adhesiones, pues mujeres que habían pasado por la misma situación de Annie le escriben y muchas otras se identifican con la exposición física y muy bien cuidada de ese calendario.
Quizás nos cueste hacernos una idea de esto, en un país, cómo el nuestro, donde las mujeres se realizan todo tipo de tratamientos y cirugías para mantener cierto aire de juventud y muchas veces peca de artificio lastimoso; cómo si esto nos hiciera ser. Nuestra cultura tiene una exigencia notable de "eterna juventud" o de deshechar con rapidez aquello que abandona la lozanía de esos años mozos (no olvidar "Diario de la guerra del cerdo" de Adolfo Bioy Casares).  La decrepitud es vista cómo el mismísimo Anticristo de la posmodernidad.
Recuerdo hace unos años los portfolios que se hacían en el programa de Nicolás Repetto, y recuerdo especialmente el de una mujer de pelo corto casi blanco, quizás de unos 45 años, hermosísimas imágenes de su cuerpo más sugerente y de un espacio y trasfondo íntimo, donde la desnudez es virtud y esencia (no me refiero a los de 2011 sino a los de unos años atrás).
Es evidente que la desnudez femenina ha sido objeto de culto para artistas, filósofos, científicos y cirujanos plásticos, etc. La desnudez actual motiva consumos hasta una temprana fecha de vencimiento de quién porta la "belleza" mediatizada y con la velocidad de un zapping la mudanza hacia otros cuerpos preparados y equipados para el consumo para quiénes subjetivamente desean.
La desnudez de la película muestra otro rostro. Y es el rostro de la vida. 
Una forma de mirar la tristeza de la pérdida y modificarla, tarea que no hacemos solos sino acompañados por otros.
Mariana Thomsen


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