#dELibros: La Venus de las pieles- fragmento
"Me paro, por último, y me entrego a un corto monólogo. Siempre uno es consigo mismo o muy amable o muy grosero. Soy un asno, me digo. Esta palabra ejerce una gran influencia, posee casi una acción mágica que me hace volver en mí. En un guiñar de ojos me tranquilizo. Vuelvo a repetirme alegre: ¡asno! Entonces todo aparece para mi claro y distinto: aquí está la fuente, allí los matorrales, más allá la casa, en que entro lentamente. De nuevo, burlona todavía, bajo el verdor a través del cual brilla la luna, como sobre el muro bordado de plata, la forma blanca, la hermosa mujer de piedra a quien adoro y temo, ante la que huyo. En dos zancadas me he puesto en la casa. Respiro, reflexiono: ¿Qué es lo que soy, en realidad, ahora? ¿Un pequeño dilettante o un gran asno? La mañana es sofocante, el aire lleno de excitantes aromas. Me siento de nuevo bajo el dosel de madreselvas, y leo en la Odisea la historia de la encantadora que transformó a su adorador en bestia. ¡Deliciosa imagen del